viernes, 22 de julio de 2011

-El Principe de la Niebla-


[...]-Roland le tomó el rostro y trató de que Alicia lo mirase a los ojos. Sus miradas se unieron en las profundidades y ella comprendió al instante lo que él se proponía. Alicia negó con la cabeza, tratando de alejar a Roland de sí. Éste señaló el tobillo aprisionado bajo el abrazo mortal de las vigas metálicas del techo. Alicia nadó a través de las aguas heladas hacia la viga abatida y luchó por liberar a Roland. Ambos muchachos cruzaron una mirada desesperadal. Nada ni nadie podría mover las toneladas de acero que retenían a Roland. Alicia nadó de vuelta hasta él y lo abrazó, sintiendo cómo su propia conciencia se desvanecía por la falta de aire. Sin esperar un instante, Roland tomó el rostro de Alicia y, posando sus labios sobre los de la muchacha, espiró en su boca el aire que había reservado para ella, tal como Caín había previsto desde el principio. Alicia aspiró el aire de sus labios y apretó con fuerza las manos de Roland, unida a él en aquel beso de salvación. El muchacho le dirigió una mirada desesperada de adiós y la empujó contra su voluntad fuera del puente, donde, lentamente, Alicia inició su ascenso hacia la superficie. Aquélla fue la última vez que Alicia vio a Rolad.

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